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viernes, 3 de enero de 2020

COMO GANAR EL CIELO EN NUEVE MESES



Cómo ganar el Cielo en 9 meses


Devoción de los nueve viernes 
dedicados al Sagrado Corazón.


"Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento."

Eso le dijo el Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María de Alacoque (cuyo cuerpo permanece incorrupto a pesar de los 330 años transcurridos), el 16 de junio de 1675. Ver Catecismo: punto 478 y 2669

Aprovechemos las innumerables gracias que Jesús concede a quienes desagravian su Sagrado Corazón los primeros Viernes de mes.



Las Doce Promesas del Sagrado Corazón

1. Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.
2. Les daré paz a sus familias.
3. Las consolaré en todas sus penas.
4. Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.
5. Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.
6. Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.
7. Las almas tibias se volverán fervorosas.
8. Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección.
9. Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.
10. Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
11. Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.
12. Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.


Condiciones para ganar esta gracia:

1. Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción (obviamente, sin estar en pecado mortal, por ejemplo, por faltar a la Misa dominical). Se sugiere confesión con intención de reparar las ofensas al Sagrado Corazón.

2. Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.

3. Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.



Oraciones iniciales para todos los días: 
Señal de la Santa Cruz

 Credo
Credo de los Apóstoles

Padrenuestro...
Padre Nuestro


ORACIONES PARA LOS NUEVE VIERNES


PRIMER VIERNES

Yo te prometo, en el exceso de la misericordia de mi corazón, que mi amor omnipotente concederá a todos los que comulguen los primeros viernes de mes, durante nueve meses consecutivos, la gracia de la penitencia final, y que no morirán en mi desgracia, ni sin recibir los Santos Sacramentos, asegurándoles mi asistencia en la hora postrera.

¡Oh buen Jesús, que prometisteis asistir en vida, y especialmente en la hora de la muerte, a quien invoque con confianza vuestro Divino Corazón! Os ofrezco la comunión del presente día, a fin de obtener por intercesión de María Santísima, vuestra Madre, la gracia de poder hacer este año los nueve primeros viernes que deben ayudarme a merecer el cielo y alcanzar una santa muerte.
Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS VIERNES

Jesús mío, os doy mi corazón, os consagro toda mi vida, en vuestras manos pongo la eterna suerte de mi alma y os pido la gracia especial de hacer mis nueve primeros Viernes con todas las disposiciones necesarias para ser partícipe de la más grande de vuestras promesas, a fin de tener la dicha de volar un día a veros y gozaros en el cielo. Amén.

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE CADA UNA DE LAS COMUNIONES DE LOS NUEVE PRIMEROS VIERNES

Jesús mío dulcísimo,
que en vuestra infinita y dulcísima misericordia
prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaran en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos,
acordaos de esta promesa y a mi, indigno siervo vuestro que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención, concededme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en vos con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.



SEGUNDO VIERNES

Les daré todas las gracias necesarias a su estado.

Jesús misericordioso, que prometisteis, a cuantos invoquen confiados vuestro Sagrado Corazón, darles las gracias necesarias a su estado: os ofrezco mi comunión del presente día para alcanzar, por los méritos e intercesión de vuestro Corazón Sacratísimo, la gracia de una tierna, profunda e inquebrantable devoción a la Virgen María.

Siendo constante en invocar la valiosa providencia de María, Ella me alcanzará el amor a Dios, el cumplimiento fiel de mis deberes y la perseverancia final. Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS VIERNES

Jesús mío, os doy mi corazón, os consagro toda mi vida, en vuestras manos pongo la eterna suerte de mi alma y os pido la gracia especial de hacer mis nueve primeros Viernes con todas las disposiciones necesarias para ser partícipe de la más grande de vuestras promesas, a fin de tener la dicha de volar un día a veros y gozaros en el cielo. Amén.

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE CADA UNA DE LAS COMUNIONES DE LOS NUEVE PRIMEROS VIERNES

Jesús mío dulcísimo,
que en vuestra infinita y dulcísima misericordia
prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaran en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos,
acordaos de esta promesa y a mi, indigno siervo vuestro que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención, concededme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en vos con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.



TERCER VIERNES

Pondré paz en las familias. Bendeciré los lugares donde se venera la imagen de mi Corazón.

Jesús amantísimo, que prometisteis bendecir las casas donde se venera la imagen de vuestro Sagrado Corazón, yo quiero que ella presida mi hogar; os ofrezco la comunión del presente día para alcanzar por vuestros méritos y por la intercesión de Vuestra Santa Madre que todos y cada uno de los miembros de mi familia conozcan sus deberes; los cumplan fielmente y logren entrar en el cielo, llenas las manos de buenas obras.

¡Oh Jesús, que os complacéis en alejar de nuestro hogar las disensiones, las enfermedades y la miseria! Haced que, vuestra vida sea una no interrumpida acción de gracias por tantos beneficios. Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS VIERNES

Jesús mío, os doy mi corazón, os consagro toda mi vida, en vuestras manos pongo la eterna suerte de mi alma y os pido la gracia especial de hacer mis nueve primeros Viernes con todas las disposiciones necesarias para ser partícipe de la más grande de vuestras promesas, a fin de tener la dicha de volar un día a veros y gozaros en el cielo. Amén.

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE CADA UNA DE LAS COMUNIONES DE LOS NUEVE PRIMEROS VIERNES

Jesús mío dulcísimo,
que en vuestra infinita y dulcísima misericordia
prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaran en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos,
acordaos de esta promesa y a mi, indigno siervo vuestro que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención, concededme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en vos con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.



CUARTO VIERNES

Seré su consuelo en todas las tribulaciones.

Jesús mío, que prometisteis consuelo a cuantos a Vos acuden en sus tribulaciones: os ofrezco mi Comunión del presente día para alcanzar de vuestro Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de vuestra Madre Santísima la gracia de venir al Sagrario a pedir fuerza y consuelo cuantas veces me visiten las penas. ¡Oh Jesús, oh María, consolad y salvad a los que sufren! ¡Haced que ninguno de sus dolores se pierda para el cielo!
Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS VIERNES

Jesús mío, os doy mi corazón, os consagro toda mi vida, en vuestras manos pongo la eterna suerte de mi alma y os pido la gracia especial de hacer mis nueve primeros Viernes con todas las disposiciones necesarias para ser partícipe de la más grande de vuestras promesas, a fin de tener la dicha de volar un día a veros y gozaros en el cielo. Amén.

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE CADA UNA DE LAS COMUNIONES DE LOS NUEVE PRIMEROS VIERNES

Jesús mío dulcísimo,
que en vuestra infinita y dulcísima misericordia
prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaran en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos,
acordaos de esta promesa y a mi, indigno siervo vuestro que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención, concededme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en vos con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.



QUINTO VIERNES

Derramaré copiosas bendiciones en todas sus empresas.

Jesús mío, que prometisteis bendecir los trabajos de cuantos invoquen confiados Vuestro Divino Corazón: os ofrezco la comunión del presente día para alcanzar por vuestra Santísima Madre la gracia de que bendigáis mis estudios, mis exámenes, mi oficio, y todos los trabajos de mi vida.

Renuevo el inquebrantable propósito de ofreceros cada mañana al levantarme, y por mediación de la Santísima Virgen, las obras y trabajos del día..., y de trabajar con empeño y constancia para complaceros y alcanzar en recompensa el cielo.
Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS VIERNES

Jesús mío, os doy mi corazón, os consagro toda mi vida, en vuestras manos pongo la eterna suerte de mi alma y os pido la gracia especial de hacer mis nueve primeros Viernes con todas las disposiciones necesarias para ser partícipe de la más grande de vuestras promesas, a fin de tener la dicha de volar un día a veros y gozaros en el cielo. Amén.

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE CADA UNA DE LAS COMUNIONES DE LOS NUEVE PRIMEROS VIERNES

Jesús mío dulcísimo,
que en vuestra infinita y dulcísima misericordia
prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaran en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos,
acordaos de esta promesa y a mi, indigno siervo vuestro que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención, concededme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en vos con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.


SEXTO VIERNES

Los pecadores hallarán en mi Corazón un océano de misericordia.

Sagrado Corazón de Jesús, siempre abierto a los pecadores arrepentidos: os ofrezco la comunión del presente día para alcanzar por vuestros méritos infinitos y por los de vuestra Santísima Madre la conversión de cuantos obran mal. Os suplico, ¡buen Jesús!, inundéis su corazón de un gran dolor de haberos ofendido. Haced que os conozcan y os amen. Dispensadme la gracia de amaros más y más y en todos los instantes de mi vida, para consolaros y reparar la ingratitud de quienes os olvidan.
Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS VIERNES
Jesús mío, os doy mi corazón, os consagro toda mi vida, en vuestras manos pongo la eterna suerte de mi alma y os pido la gracia especial de hacer mis nueve primeros Viernes con todas las disposiciones necesarias para ser partícipe de la más grande de vuestras promesas, a fin de tener la dicha de volar un día a veros y gozaros en el cielo. Amén.

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE CADA UNA DE LAS COMUNIONES DE LOS NUEVE PRIMEROS VIERNES
Jesús mío dulcísimo, que en vuestra infinita y dulcísima misericordia prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaran en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos, acordaos de esta promesa y a mi, indigno siervo vuestro que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención, concededme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en vos con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.



SÉPTIMO VIERNES

Las almas tibias hallarán fervor. Las almas fervorosas llegarán presto a la perfección.

Sin vuestro auxilio, Jesús mío, no podemos avanzar en el camino del bien. Señor, por mediación de la Virgen María, os ofrezco la comunión de este día para que avivéis en mi alma el amor a vuestro Corazón Sagrado y concedáis este amor a cuantos no lo sienten. Ayudado de vuestra divina gracia lucharé, Señor, para que cada semana, cada mes, avance un poco en la virtud que más necesito.
Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS VIERNES

Jesús mío, os doy mi corazón, os consagro toda mi vida, en vuestras manos pongo la eterna suerte de mi alma y os pido la gracia especial de hacer mis nueve primeros Viernes con todas las disposiciones necesarias para ser partícipe de la más grande de vuestras promesas, a fin de tener la dicha de volar un día a veros y gozaros en el cielo. Amén.

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE CADA UNA DE LAS COMUNIONES DE LOS NUEVE PRIMEROS VIERNES

Jesús mío dulcísimo,
que en vuestra infinita y dulcísima misericordia
prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaran en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos,
acordaos de esta promesa y a mi, indigno siervo vuestro que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención, concededme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en vos con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.



OCTAVO VIERNES

Daré a cuantos trabajan por la salvación de las almas el don de ablandar los corazones más endurecidos.

Sagrado Corazón de Jesús, que prometisteis inspirar a los que trabajan por la salvación de las almas aquellas palabras que consuelan, conmueven y conservan los corazones; os ofrezco mi comunión de hoy para alcanzar, mediante la intercesión de María Santísima, la gracia de saber consolar a los que sufren y la gracia de volver a Vos, Señor, a los que os han abandonado.

¡Dulce Salvador mío, concededme y ayudadme a salvar almas! ¡Son tantos y tantos los desgraciados que empujan a los demás por el camino del vicio y del infierno! Haced, Señor, que emplee toda mi vida en hacer mejores a los que me rodean y en llevarlos conmigo al cielo.
Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS VIERNES

Jesús mío, os doy mi corazón, os consagro toda mi vida, en vuestras manos pongo la eterna suerte de mi alma y os pido la gracia especial de hacer mis nueve primeros Viernes con todas las disposiciones necesarias para ser partícipe de la más grande de vuestras promesas, a fin de tener la dicha de volar un día a veros y gozaros en el cielo. Amén.

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE CADA UNA DE LAS COMUNIONES DE LOS NUEVE PRIMEROS VIERNES

Jesús mío dulcísimo,
que en vuestra infinita y dulcísima misericordia
prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaran en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos,
acordaos de esta promesa y a mi, indigno siervo vuestro que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención, concededme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en vos con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.



NOVENO VIERNES

Guardaré recuerdo eterno de cuanto un alma haya hecho a mayor gloria de mi Corazón. Los que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón, de donde no será borrado.

Os ofrezco, Jesús mío, la Comunión del presente día para alcanzar la gracia de saber infundir en el alma de cuantos me rodean ilimitada confianza en vuestro Corazón Divino. Dadme cuanto necesito para llevar a Vos a los que luchan, a los que lloran, a los caídos, a los moribundos. Y dignaos, ¡oh Jesús!, escribir hoy mi nombre en vuestro Corazón y decir a los ángeles que rodean vuestro Tabernáculo: Este nombre es el de un devoto que, amándome mucho, quiere consolarme del olvido e ingratitud de tantos hombres.
Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS VIERNES

Jesús mío, os doy mi corazón, os consagro toda mi vida, en vuestras manos pongo la eterna suerte de mi alma y os pido la gracia especial de hacer mis nueve primeros Viernes con todas las disposiciones necesarias para ser partícipe de la más grande de vuestras promesas, a fin de tener la dicha de volar un día a veros y gozaros en el cielo. Amén.

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE CADA UNA DE LAS COMUNIONES DE LOS NUEVE PRIMEROS VIERNES

Jesús mío dulcísimo,
que en vuestra infinita y dulcísima misericordia
prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaran en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos,
acordaos de esta promesa y a mi, indigno siervo vuestro que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención, concededme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en vos con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.



ORACIÓN CONSAGRATORIA Y MÁXIMAS



ORACIÓN CONSAGRATORIA

Corazón sagrado de mi amado Jesús: yo, aunque vilísima criatura, os doy y consagro mi persona, vida y acciones, penas y padecimientos, deseando que ninguna parte de mi ser me sirva si no es para amaros, honraros y glorificaros. Esta es mi voluntad irrevocable: ser todo vuestro y hacerlo todo por vuestro amor, renunciando de todo mi corazón a cuanto pueda desagradaros.

Estampa de Santa Margarita de Alacoque]
Os tomo, pues, oh Corazón divino, por el único objeto de mi amor, protector de mi vida, prenda de mi salvación, remedio de mi inconstancia, reparador de todas las culpas de mi vida; y asilo seguro en la hora de mi muerte. 

Sed, pues, oh Corazón bondadoso, mi justificación para con Dios Padre, y alejad de mí los rayos de su justa cólera. 

Oh Corazón amoroso, pongo toda mi confianza en vos, pues aunque lo temo todo de mi flaqueza, sin embargo, todo lo espero de vuestra misericordia; consumid en mi todo lo que os desagrada y resiste, y haced que vuestro puro amor se imprima tan íntimamente en mi corazón, que jamás llegue a olvidaros ni a estar separado de vos. 

Os suplico, por vuestra misma bondad, escribáis mi nombre en vos mismo, pues quiero tener cifrada toda mi dicha en vivir y morir como vuestro esclavo. Amén.
__________

MÁXIMAS DE SANTA MARGARITA

"Dios es mi todo, y todo, fuera de El, es nada para mí".

"El Corazón de Jesús tanto cuidado tendrá de vosotros cuanto os confiéis y abandonéis a El".

"Cuando no miramos más que a Dios, ni buscamos otra cosa que su divina gloria, no hay nada que temer".

"En la voluntad de Dios encuentra su paz nuestro corazón y el alma su alegría y su descanso".

"Todas las más amargas amarguras no son más que dulzura en este adorable Corazón, donde todo se trueca en amor".

"Es preciso darlo todo para tenerlo todo; el amor divino no sufre mezcla de cosa alguna".

"Es bueno caminar por la fuerza de su Amor en sentido contrario a nuestras inclinaciones, sin Otro placer ni contento sino el de no tener ninguno".

"Las cruces, desprecios, dolores y aflicciones son los verdaderos tesoros de los amantes de Jesucristo crucificado".

"El mayor bien que podemos tener en esta vida es la conformidad con Jesucristo en sus padecimientos".

"El Corazón de Jesús es un tesoro oculto e infinito que no desea más que manifestarse a nosotros".


MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS



JUNIO: MES DEL SAGRADO 
CORAZÓN DE JESÚS

Mañana comienza el mes de Junio y con él la piadosa conmemoración del Sagrado Corazón de Jesús, al que está tradicionalmente dedicado. Hoy acaba el mes de María, que es como una introducción en el misterio íntimo del amor de Jesucristo. Así como la Santísima Virgen fue la aurora pre-anunciadora del Sol de Justicia y trajo la salvación a este mundo por medio de su asentimiento al plan salvífico de Dios en la Encarnación del Verbo, de modo semejante, el mes de Mayo nos ha servido para disponer nuestras almas, mediante la consideración y la imitación de las virtudes de la Santísima Virgen, a fin de mejor penetrar en la devoción al Corazón Divino, causa de nuestra salvación. Aquí es donde se ve claramente cómo es verdad aquello de “a Jesús por María”.

No hay devoción más agradable a Dios en estos tiempos que ésta al Corazón de su Hijo, que nos ha sido dada como un extremo auxilio de su gran Misericordia. Desgraciadamente, tampoco hay actualmente devoción tan desperdiciada y olvidada, siendo así que es eficacísima y reconfortante. Dice Jesucristo: “Venid a Mí todos los que estáis fatigados y cargados, que Yo os aliviaré. Mi yugo es suave y mi carga ligera. Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón”. No puede mostrarse más compasivo y delicado hacia los pobres pecadores que somos. Nos sabe débiles y frágiles y conoce nuestros problemas y los peligros que nos acechan. Y quiere echarnos una mano… El mal en todas sus formas nos acosa y los espíritus perversos nos persiguen, y Él abre la herida de su costado para mostrarnos el seguro asilo de su Amor, que nos libra y nos salva.

San Juan Evangelista, el discípulo predilecto, que cuando, ya anciano, le preguntaban sus seguidores y oyentes por Jesucristo y su mensaje y respondía repitiendo invariablemente: “Amor, Amor, Amor…”, fue el primero que, al recostar su cabeza en el divino pecho, durante la Última Cena, tuvo el privilegio de oír los latidos de ese Corazón amantísimo y amabilísimo. Desde entonces, esta devoción se ha ido abriendo paso a través de almas delicadas y particularmente sensibles hasta la gran revelación que, hace ya más de trescientos años, quiso Jesús hacer a su confidente santa Margarita María de Alacoque. Fue ése el gran impulso, a partir del cual se extendió el culto al Corazón de Jesús como fuego incontenible por el mundo entero, que fue consagrado a Él por León XIII a instancias de otra alma amiga: la beata María del Divino Corazón, nacida condesa Droste zu Vischering.

Relacionados con la devoción al Sagrado Corazón están –además de la práctica recomendabilísima del ejercicio del mes de Junio– la de la comunión de los Nueve Primeros Viernes, la entronización en los hogares, el detente y la consagración personal mediante el pacto mutuo (difundida ampliamente por el gran misionero del Corazón de Jesús en el siglo XX que fue el R.P. Florentino Alcañiz). De cada uno de estos temas iremos hablando a lo largo de este mes. Entretanto, queremos proponer un modo de santificarlo por medio de la meditación y la piedad.

En primer lugar, queremos recomendar vivamente el libro clásico en la materia en lengua castellana (y que ha sido traducido a otros idiomas): es del Padre Alcañiz, al que acabamos de citar, y se titula La Devoción al Corazón de Jesús. Los que están familiarizados con él –que son muchos– lo llaman simplemente “el libro de la devoción”. Hay, por supuesto, otros libros quizás de mayor erudición histórica, como el del jesuita francés P. Bainvel, pero el del Padre Alcañiz toca el nervio de la piedad y excita a la devoción, sin por ello descuidar los aspectos informativos y las referencias históricas y biográficas. Todo aquel que lo ha leído con buena voluntad y recta intención se ha sentido movido a convertirse en devoto del Corazón de Jesús. El volumen ha sido publicado innumerables veces por las Misioneras Hijas del Corazón de Jesús, congregación fundada en Granada por el Padre Alcañiz junto con la sierva de Dios Carmen Méndez. Lo ofrecemos a través de estas líneas mediante el vínculo que ponemos a continuación:
Y que esperamos que dé acceso a nuestros lectores al tesoro escondido y, sin embargo, tan fácil de disfrutar que encierra el Corazón Divino.

Quien se sienta tocado por este bellísimo texto (que puede servir de meditación diaria por partes, ya que es extenso) y desee consagrarse al apostolado del Corazón de Jesús, puede considerar formar parte de una cadena de amor haciéndose uno de sus “eslabones”. Para saber cómo, recomendamos visitar este sitio web:
Es una manera ideal para que la devoción dé frutos abundantes mediante un apostolado humilde, sencillo y fervoroso.

En cuanto a la manera práctica de santificar el mes del Sagrado Corazón, he aquí un método simple:

MES DEL CORAZÓN DE JESÚS

1.- Oración Preparatoria. Oh Dios, que, por medio del Corazón de vuestro Hijo, herido por nuestras culpas, os dignáis en vuestra misericordia infinita darnos los tesoros de vuestro amor; os pedimos nos concedáis que, al presentaros el devoto obsequio de nuestra piedad, le ofrezcamos también el homenaje de una digna satisfacción. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

2.- Consideración del día (ver anexo).

3.- Invocaciones.

a) Sagrado Corazón de Jesús, circundado de espinas, haced que aceptemos los sufrimientos de esta vida como expiación por nuestros muchos pecados e ingratitudes y en reparación contra las ofensas que se os infieren, especialmente en la Santísima Eucaristía. Os lo pedimos por intercesión de vuestra Madre dolorosa.
Pater, Ave y Gloria...

b) Sagrado Corazón de Jesús, inflamado por las llamas de vuestra inmensa caridad, haced que nuestros corazones se abrasen en ese divino fuego y sean purgados de todo afecto desordenado como el oro en el crisol, de modo que en Vos se hagan uno como ofrenda de amor agradable a Dios. Os lo pedimos por el Corazón Inmaculado de María.
Pater, Ave y Gloria

c) Sagrado Corazón de Jesús, abierto por la lanza del soldado a quien revelasteis vuestra divinidad, permitid que nos refugiemos en el seguro asilo de vuestro amor y que en él moremos como antesala del Cielo, donde esperamos gozar de la visión beatífica. Os lo pedimos por vuestra Madre la Corredentora.
Pater, Ave y Gloria

4.- Oración final. Oh Señor nuestro Jesucristo, haced que vuestros santos misterios infundan en nosotros un fervor divino, de modo que, recibida la suavidad de vuestro dulcísimo Corazón, aprendamos a despreciar lo terreno y amar lo celestial. Vos que vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.

Anexo:
Consideraciones para cada día del mes


PRIMERA DECENA DEL MES:
 Del 1 al 10

Día 1. La Cruz es el árbol en que quiso redimirnos Jesús. Quiso morir con los brazos extendidos para abrazar a todos los hombres. Amemos a quien tanto nos ha amado.

Día 2. La Cruz es la escalera por la cual podemos subir al Cielo. Quien pretenda salvarse por otro camino, se equivoca y va a su eterna ruina. Abracémonos con la Cruz.

Día 3. La Cruz es la balanza con que Jesús paga el precio de nuestro rescate. Nuestros méritos son nulos; los de Jesús son infinitos. Confiemos en Jesús Crucificado.

Día 4. La Cruz es la espada con la cual venceremos a los enemigos de nuestra salvación. Sin ella seremos vencidos. Sin Jesús nada podemos; con Él podemos todo.

Día 5. La Cruz es la palanca que, apoyándose en los méritos de Jesús, nos da fuerzas para levantar la pesadez de nuestra naturaleza caída y elevarla a lo sobrenatural.

Día 6. La Cruz es el puente que, al atravesar el abismo de la muerte, nos trasladará a las orillas ciertas y placenteras de una eternidad feliz. i Ay del que no se vale de ella.

Día 7. La Cruz es el martillo que aplastará un día a cuantos van contra ella. De Dios nadie se burla. Ahora calla; pero vendrá un día en que hablará y... Premiará o castigará.

Día 8. La Cruz es la llave con que Jesús ha querido abrirnos las puertas de la gloria y cerrarnos las del infierno. Llevemósla siempre sobre nuestro pecho y tengámosla en la cabecera de nuestro lecho.

Día 9. La Cruz es el áncora que nos salvará de las tempestades del mar proceloso de este mundo y nos conducirá al puerto seguro de salvación. Sin ella pereceremos infaliblemente.

Día 10. La Cruz es el faro que ilumina nuestra inteligencia, nos habla del infinito amor de un Dios y nos muestra el término de nuestra vida. Pensemos en lo que nos espera.


SEGUNDA DECENA:
 Del 11 al 20

Día 11. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la blasfemia, o la proferida por labios inmundos, o la declamada en la tribuna, o la impresa en el libro herético o impío. ¡Aborrezcámosla!

Día 12. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la inmoralidad que a tantas almas seduce y que se manifiesta en el hablar y vestir, en la playa y en los espectáculos, en la novela y aún en el deporte. ¡Alerta con ella!

Día 13. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la impiedad, el desprecio que se hace de las cosas sagradas; la burla y el sarcasmo contra las mismas; la negación de las verdades y doctrinas de Jesús.

Día 14. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la profanación que se hace impune y públicamente de los días del Señor; la omisión de la Santa Misa; el convertir los días santos en días de pecado.

Día 15. Lanzada contra el Corazón de Cristo son los odios que reinan hoy en el mundo, tan contrario a Aquel que vino a enseñarnos las dulzuras de la divina Caridad y amor entre todos.

Día 16. Lanzada contra el Corazón de Cristo son las persecuciones que sufre la Iglesia, salida del Costado del Divino Redentor, sobre todo los que sufre de parte de las naciones anticristianas.

Día 17. Lanzada contra el Corazón de Cristo es el ateísmo materialista que pretende hoy dominar el mundo, borrar de las inteligencias todo el orden sobrenatural y sumirlo en el abismo de toda maldad.

Día 18. Lanzada contra el Corazón de Cristo son los tantos sacrilegios como se cometen contra todo lo más santo y sagrado y en la recepción de los santos Sacramentos indignamente recibidos.

Día 19. Lanzada contra el Corazón de Cristo es el desconocimiento que reina de la vida y doctrina de Jesús, aun por parte de muchos cristianos, que lo son solamente de nombre, pero no en realidad.

Día 20. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la condenación eterna de tantos hombres, que no han querido aprovecharse de la Divina Sangre, derramada para su salvación.

TERCERA DECENA:
Del 21 al 30

Día 21. Espina para el Corazón de Jesús es la falta de una fe viva por parte de muchos que le aman y sirven, y le sirven casi a la fuerza y arrastrándose más que caminando, en la vida espiritual.

Día 22. Espina es la falta de conformidad con la voluntad de Dios, que hace murmurar de la Divina Providencia, cuando las cosas no suceden según el propio gusto o capricho.

Día 23. Espina es la falta de caridad que tienen los pudientes con los menesterosos. Siempre habrá pobres en el mundo; pero no habría de haber miserables. Jesús impone la caridad como ley suya.

Día 24. Espina es la falta de devoción que manifiestan muchos cristianos en sus mismas oraciones; y las irreverencias que cometen en los templos con su porte poco cristiano.

Día 25. Espina es para el Corazón de Jesús la falta de paciencia y dominio propio de muchos cristianos, que no saben sufrir la menor contrariedad sin quejarse o incomodarse.

Día 26. Espina es para el Corazón de Jesús la sobra de comodidades de aquellos cristianos que se espantan al solo nombre del sacrificio y nada hacen por amor de Jesús, que tanto sufrió por ellos.

Día 27. Espina es la sobra de amor propio que domina en tantos corazones que no pueden soportar el menor aviso o corrección, viviendo por otra parte llenos de defectos.

Día 28. Espina es la sobra de negligencia con que se hacen las cosas de Dios. Mientras algunos son todo actividad y energía para las cosas puramente temporales.

Día 29. Espina es la sobra de frialdad, causa de que muchos cristianos, por otra parte buenos, cometan muchos pecados veniales sin que traten de enmendarse de ellos.

Día 30. Espina es para el Corazón de Jesús ver la falta de cristianos en los templos y la sobra de ellos en los centros de mundanas diversiones. El Corazón de Jesús ama, y no es amado. ¿Qué haces tú?

LETANÍAS AL SAGRADO CORAZÓN


1.Señor, ten piedad de nosotros.
2.Cristo, ten piedad de nosotros.
3.Señor, ten piedad de nosotros.
4.Cristo, óyenos.
5.Cristo, escúchanos.

A las siguientes invocaciones se responde:
R. "TEN PIEDAD DE NOSOTROS"

6.Dios, Padre Celestial, -...
7.Dios Hijo, Redentor del mundo, -...
8.Dios, Espíritu Santo, -...
9.Santísima Trinidad, que eres un solo Dios...-
10.Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre, -.

11.Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen
Madre por el Espíritu Santo, ...
13.Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios, ...
14.Corazón de Jesús, templo santo de Dios, ...
15.Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo,

16.Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, ...
17.Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, ...
18.Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor, ...
19.Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, ...
20.Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes,.. 

21.Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,...
22.Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el  Espíritu Santo...
23.Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios...,
24.Corazón de Jesús, templo santo de Dios,...
25.Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo,

26.Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo,...
27.Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad,...
28.Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor,...
29.Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor,...
30.Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes,...

31.Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,...
32.Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,...
33.Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría, y de la ciencia,...
34.Corazón de Jesús, en quien reside toda la plenitud de la  divinidad,...
35.Corazón de Jesús, en quien el Padre se complace,...

36.Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido, ...
37.Corazón de Jesús, deseado de los eternos collados, ...
38.Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia, ...
39.Corazón de Jesús, generosos para todos los que te invocan,...
40.Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad,...

41.Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,...
42.Corazón de Jesús, triturado por nuestros pecados,...
43.Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, ...
44.Corazón de Jesús, traspasado por una lanza,...
45.Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,...

46.Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra,...
47.Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,...
48.Corazón de Jesús, víctima por los pecadores, ...
49.Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan,...
50.Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren, ...

51.Corazón de Jesús, delicia de todos los santos,...
52.Cordero de Dios,  que quitas el pecado del mundo R. perdónanos Señor
53.Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. R. ten piedad de nosotros.
54. Jesús, manso y humilde de Corazón
R. haz nuestro corazón semejante al tuyo.

Oración:
Oh Dios todopoderoso y eterno, mira el Corazón de tu amantísimo Hijo, las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te ofrece y concede el perdón a éstos que piden misericordia en el nombre de tu mismo Hijo, Jesucristo, el cual vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.


HISTORIA A LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS