LA NOVENA DE ABANDONO
A LA VOLUNTAD DE DIOS
De
Don Dolindo Ruotolo († 1882-1970)
Día 1
¿Por qué se confunden
al preocuparse? Dejadme a mí el cuidado de vuestros negocios y todo mantendrá
la calma. Le digo que todo acto de verdadera, ciega y completa rendición a mí
me produce el efecto que deseáis y que resuelve toda complicada situación.
O Jesús, yo me entrego
a ti, ¡ocúpate tú de todo! (10
veces)
Día 2
Entregarse a mí no
significa ni inquietarse, ni estar amargado, ni perder la esperanza, ni tampoco
significa ofrecerme una oración pidiéndome que le siga y transformarle la preocupación
en oración. Está en contra de esta entrega, profundamente en contra, la preocupación,
el estar nervioso y pensar en las consecuencias de todo. Es como la confusión
que sienten los críos cuando les piden a su madre atender a sus necesidades, y
luego intentan ocuparse de esas necesidades por sí mismos con el fin de que sus
intentos se entrometan en el camino de su madre. Rendir significa cerrar
plácidamente los ojos del alma, rechazar los pensamientos de tribulación y
ponerse en mi cuidado, para que sólo yo actúe, diciendo "Ocúpate tú".
O Jesús, yo me entrego
a ti, ¡ocúpate tú de todo! (10
veces)
Día 3
Cuántas cosas hago
cuando el alma, en tanta necesidad espiritual y material, se dirige hacia mí, me
mira y me dice; "Ocúpate tú", entonces cierra los ojos y se pone a
descansar. Vosotros oráis para que yo actúe a través del dolor, pero que actúe
del modo que deseas tú. No os dirigís a mí, sino deseáis que yo adapte vuestras
ideas. No sois gente enferma, que ruegan que les cure el doctor, sino gente
enferma que le explican cómo hacerlo. Así que no actuéis de esta manera, sino
orad como yo os enseñé en el Padrenuestro: "Santificado sea tu
nombre", eso es, ser glorificado en mi necesidad. "Venga a nosotros
tu reino", eso es, deje todo que hay en nosotros y en el mundo estar en
acuerdo con tu reino. "Hágase tu voluntad en el Cielo como en la
Tierra", eso es, en nuestra necesidad, decidir si uno se ve preparado para
nuestra temporal y eterna vida. Si verdaderamente me decís: "Hágase tu
voluntad", que es lo mismo que decir: "Ocúpate tú", yo
intervendré con toda mi omnipotencia, y resolveré las situaciones más
complicadas.
O Jesús, yo me entrego
a ti, ¡ocúpate tú de todo! (10
veces)
Día 4
¿Ven el mal creciendo y
no debilitando? No os preocupéis. Cerrad los ojos y decidme con esperanza:
"Háganse tu voluntad, ocúpate tú". Yo os digo que yo me ocuparé, y
que yo intervendré igual como lo hace un doctor, y llevaré a cabo milagros
cuando hagan falta. ¿Veis que la persona enferma se pone peor? No estéis
tristes, sólo cerrad los ojos y decid: "Ocúpate tú". Yo os digo que
yo me ocuparé, y que no hay medicina más poderosa que mi querida intervención.
Por mi amor, esto os lo prometo.
O Jesús, yo me entrego
a ti, ¡ocúpate tú de todo! (10
veces)
Día 5
Y cuando yo os tenga
que liderar por un camino diferente al que veis, yo os prepararé; os llevaré en
brazos; dejaré que os encontréis, como cuando los niños duermen en brazos de
sus madres, al otro lado del río. Lo que os preocupe y os duela inmensamente
son vuestra razón, vuestros pensamientos y preocupaciones, y vuestro deseo de
afrontar lo que os afecta.
O Jesús, yo me entrego
a ti, ¡ocúpate tú de todo! (10
veces)
Día 6
Estáis descansados; deseáis
juzgar todo, organizar todo y llevarlo todo a cabo, y os rendís a la fuerza
humana, o peor aún - a los hombres, confiando en su intervención, - esto es lo
que complica mis palabras y mis puntos de vista. Oh cuánto deseo de vosotros
esta rendición, para que os pueda ayudar; y cuánto sufro cuando os veo
nerviosos! Satán intenta hacer justamente esto: perturbar a los seres y
lanzarlos dentro de la mandíbula de la iniciativa humana, así que, confiad
solamente en mí, descansad en mí y rendid a mí en todo.
O Jesús, yo me entrego
a ti, ¡ocúpate tú de todo! (10
veces)
Día 7
Yo llevo a cabo
milagros en proporción a vuestra total rendición a mí y a vuestro pensar en vosotros
mismos, yo siembro tesoros de gracias cuando estéis en la pobreza más profunda.
Ni una persona de razón, ningún pensador, jamás ha llevado a cabo milagros, ni
siquiera entre los santos. Él realiza trabajos divinos sobre aquellos que se
rinden a Dios. Así que no lo penséis más, porque vuestra mente es propia de
vosotros y resulta muy difícil ver el mal y confiar en mí, y a la vez no pensar
en vosotros mismos. Haced esto para satisfacer vuestras necesidades, haced,
todos esto y veréis grandes milagros. Yo me ocuparé, esto os lo prometo.
O Jesús, yo me entrego
a ti, ¡ocúpate tú de todo! (10
veces)
Día 8
Cerrad los ojos y
dejaos llevar por la fluida corriente de mi gracia; cerrad los ojos y no pensad
en el presente, alejando, del futuro, los pensamientos, igual que lo haríais de
la tentación.
Reposad en mí, confiad
en mi bondad y os prometo por mi amor que si decís "Jesús, ocúpate tú"
que yo me ocuparé de todo; yo os consolaré, os liberaré y os guiaré.
O Jesús, yo me entrego
a ti, ¡ocúpate tú de todo! (10
veces)
Día 9
Orad siempre en
preparación a la rendición, y recibiréis de ello paz y grandes recompensas, hasta
cuando yo os otorgue la gracia de inmolación, de arrepentimiento y de amor.
Entonces, ¿qué importa el sufrimiento? ¿Os resulta imposible? Cerrad los ojos y
decid con toda vuestra alma, "Jesús, ocúpate tú". No tengáis miedo,
yo me ocuparé y vosotros bendeciréis mi nombre.
Mil oraciones no pueden
igualar un sólo acto de rendición, recordad bien esto. No hay novena más eficaz
que esta.
O Jesús, yo me entrego
a ti, ¡ocúpate tú de todo! (10
veces)
Madre, soy tuyo ahora y siempre. A través de ti y contigo siempre quiero pertenecer completamente a Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario